Los pedales automáticos SPD de Shimano son sin ningún lugar a dudas los más extendidos entre los practicantes de ciclismo de Montaña, por su relación calidad/precio, pero también por su facilidad de mantenimiento.
Hoy nuestro mecánico de bicis más dicharachero, Alberto Faro, nos trae un brico de cómo hacer este mantenimiento.
La finalidad de esta operación es quitar las holguras que acaban saliendo por culpa del uso y engrasarlos de nuevo, que nos permitirá volver a tener unos pedales finos cómo el primer día y alargar la vida útil de ellos.
Hemos realizado la operación con un modelo XT, que será igual para los XTR, para el resto de modelos inferiores hay que tener la herramienta de la siguiente foto.
En nuestro caso con una llave inglesa o mejor una del 17, podremos desmontar el eje con facilidad.
Al aflojar debemos prestar atención a la dirección de apriete, ya que no todas van en sentido de las agujas del reloj. No las forcemos que el par de apriete es bajo (10 NM) y si la rompemos, no hay recambio.
Desenroscamos totalmente el eje hasta que salga libremente del pedal, quedando dos piezas por separado, eje y pedal.
Limpiamos bien los restos de grasa original, que estará sucia y habrá perdido parte de las propiedades. Una vez limpio el eje y el interior del pedal nos centraremos en quitar el juego que pueda tener el cojinete. Cada pedal tiene 2 grupos con pequeñísimas bolas de acero que hacen de cojinete, funcionando con el sistema de conos y con las 2 tuercas de los extremos las ajustaremos hasta quitar el juego por completo, pero manteniendo una suavidad en los rodamientos.
Detalle de las herramientas necesarias para manipular las 2 tuercas a la vez que bloqueamos el eje con la Allen para evitar que este gire mientras manipulamos las tuercas.
Ponemos grasa en el pedal, en el alojamiento del eje, sin miedo, lo que sobra el priopio pedal la escupirá cuando instalemos y apretemos el eje.
Y en el eje también aplicaremos grasa, especialmente dónde están los grupos de rodamientos.
Detalle de cómo sale la grasa sobrante cuando apretamos el eje, es la mejor señal de que el interior está bien lubricado.
Limpiamos los restos de grasa prestando atención de que no se haya salido el retén del eje por la presión de la grasa, si hubiera pasado, con un destornillador plano o similar, lo empujamos hasta su sitio.
De esta manera tendremos pedales para toda la vida.