Hoy pasa por nuestras manos la versión intermedia de la nueva gama E-Feel de Rockrider, una gama de e-mtb con mayores pretensiones que la familia E-Expl presentada el año pasado por Decathlon. Rockrider intensifica este año su juego en E-MTB con el E-Feel. Asistencia más potente, geometría y suspensión trabajadas para obtener más sensaciones de conducción…
Aunque ya estamos acostumbrados a ver e-MTB en las estanterías de Decathlon, Rockrider no tiene mucha experiencia en este campo como fabricante. La Stilus, que desde hace mucho tiempo ocupa el sector en solitario, era en realidad un cuadro elegido (cuidadosamente) del catálogo y hubo que esperar hasta 2023 para ver la llegada de las primeras bicicletas de montaña auténticas con asistencia eléctrica imaginadas, diseñadas y fabricadas por la misma Rockrider. Fue con la gama E-Expl, orientada al ciclismo de montaña recreativo con bicis fiables, fáciles de utilizar y cómodas.
Para las E-Expl, Rockrider eligió motores Brose ligeramente restringidos para ofrecer una autonomía excelente y un funcionamiento muy silencioso.
Para esta nueva gama e-feel, decathlon eligió Shimano, con el EP801 de última generación en dos modelos y un EP6 un poco más accesible para el tercero. Ambos sistemas ofrecen las mismas características básicas en términos de par (85 Nm como máximo), pero el EP801 es ligeramente más potente y unos cientos de gramos más ligero que su hermano pequeño (600 W frente a 500 W y 2,7 frente a 3,0 kg).
En cuanto a la batería, sin embargo, todas montan una integrada de 630 Wh de la misma Shimano.
En cuanto a la suspensión, la E-Feel tiene 150 mm de recorrido en la parte trasera y está diseñada para horquillas de 160 mm. Valores que se corresponden bien con la idea que tenemos de una e-bike polivalente, con reserva suficiente para divertirse en la montaña, pero sin que resulte excesiva o incluso molesta en pendientes más suaves.
Tiene un ángulo de dirección de 65°, un ángulo del tubo del sillín de 76,5° y un alcance de 445 mm en la talla M o 465 mm en la talla L.
Las llantas son de 29″, unas Sun Ringlé Duroc SD37 Comp equipadas con neumáticos marca de la casa Rockrider Grip 500 que ofrecen un correcto funcionamiento en todas las situaciones.
Las suspensiones corren a cargo de RockShox con una horquilla Domain RC y una suspensión trasera Deluxe Select.
Los frenos son unos excelentes TRP Trail Evo de 4 pistones combinados con discos de 203mm, toda una garantía.
Respecto a la transmisión, es una Shimano electrónica Cues Di2, de funcionamiento preciso, pero que no es muy intuitivo de uso por los mandos de las manillas, poco ergonómicas.
Al subirte a las bicicletas te sientes bien posicionado y las primeras sensaciones de pedaleo son dignas de cualquier bicicleta eléctrica reciente.
La E-Feel 900S ofrece un comportamiento en subida genial. La bicicleta no se encabrita ni siquiera en pendientes pronunciadas, entra bien en las curvas y la asistencia del motor Shimano es muy natural.
En bajada, las suspensiones ofrecen un buen compromiso entre filtrado y seguridad y nos permite afrontar casi cualquier bajada con confianza.
En llano es una bici suave y que se mueve casi sin rozamiento mecánico, no es necesaria más que la mínima ayuda del motor para mantener cruceros elevados.
La autonomía es bastante amplia, no está a la altura de los motores más eficientes, pero se pueden rozar sin problema los 100 kilómetros en recorridos mixtos.
Valoración final.
Con un precio de 4.499 euros es una bici con una relación calidad / precio excelente, pero personalmente el cambio electrónico no me ha agradado como funcionamiento y, por tanto, me decantaría por su hermana menor la e-Feel 700S
